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Crítica: Actual People de Kit Zauhar



Pausa


El cine coming of age usualmente se refiere a ese paso entre la adolescencia y la adultez temprana. Los cambios físicos y emocionales de los protagonistas son el motor que nos llevan al abismal descubrimiento de un mundo inhóspito y atemorizante conocido como la adultez. Sin embargo, la figura del adolescente (construida durante la posguerra), no es el único material que podría convivir en el género. Se ha dado por sentado que este tipo de películas son sobre lo que llaman «la edad de la punzada», pero ante la incertidumbre que se vive en el siglo XXI, pareciera que la adolescencia no es el único momento de cambio y caos.


En el panorama actual, en el que el mundo entero vive en constante crisis y la estabilidad que suponemos no es más que una ilusión perpetuada por el sistema social, económico y político, la exigencia funcional y capacitista es para el individuo de a pie un temor del día a día. La «punzada» es, en realidad, un eufemismo que representa esa inestabilidad vivencial y está cada vez más lejos de referirse únicamente a los años de gloria adolescente.


Con una búsqueda más centrada en lo emocional que lo formal y que recuerda a lo realizado por cineastas norteamericanos independientes como Dan Sallit en Catorce: historia de una amistad (2019), Emma Seligman en Shiva Baby (2020), o Eliza Hitman, en Never, Rarely, Sometimes, Always (2020), la directora asiático-americana Kit Zauhar apuesta en Actual People (2021) por un retrato realista que, si bien no sigue las reglas más repetidas del género coming of age, nos habla de una época de completo caos e incertidumbre.




En ella Riley, una joven de 22 años que está por terminar la universidad, se enfrenta a una dura pregunta: ¿Qué pasará una vez que se gradúe? En su búsqueda por una respuesta, la protagonista (encarnada por la misma directora) atraviesa un cuestionamiento de su identidad cultural, racial y de género que la llevará a un rompimiento amoroso —que le sabe más a engaño— y un enfrentamiento con un conocido poco inteligente y misógino. Pero nada de eso es peor que su mayor miedo: reprobar una materia que la obligará a tomar clases de verano y así romper con la ilusión de asistir a su ceremonia de graduación.


Actual People, que se traduce como gente real, es la historia de una joven adulta que no se encuentra lista para enfrentarse a la vida real, en una escena es la misma Riley quien le expresa tal sentimiento a un compañero que se interesa románticamente en ella: «¿La vida que tienes es real?», le pregunta él. «Espero que no», sentencia ella. Sin embargo, a pesar de todas la vicisitudes y desencuentros con amigos y familia que Riley atraviesa, la película nos recuerda a esos años de estudiante en los que gozas de mayor libertad, pero aún sin las responsabilidades completas de un adulto, como las deudas, el trabajo y el plan de vida. Riley reconoce que la universidad es un limbo y tener un pie afuera la hace dudar y sentirse temerosa. Ella quiere salir de ahí porque es lo que dicta el sendero trazado por sus antecesores, pero al mismo tiempo, no se siente lista para enfrentarse al mundo, y ¿quién lo está a los 22 o a cualquier edad?



«El personaje principal se quiebra y se toma un tiempo para pensarse, nos lleva de un vertiginoso ritmo de fiestas, discusiones y ansias, a un rompimiento, un llanto y después, una pausa que nos recuerda una importante lección: ningún sentimiento es final».

Actual People no es, de modo muy formal, una cinta que busque inscribirse en el subgénero tan popular del coming of age, pero lo que sí busca y consigue de forma honesta, es hablar de los cambios y las presiones que se nos imponen la gente común. Con momentos muy naturales, una apuesta visual casi documental —o por lo menos amateur—, y un repertorio de no actores, Kit Zauhar nos regala un retrato íntimo de una edad de mucha punzada, dudas y miedos. Ante toda la presión, el personaje principal se quiebra y se toma un tiempo para pensarse, nos lleva de un vertiginoso ritmo de fiestas, discusiones y ansias, a un rompimiento, un llanto y después, una pausa que nos recuerda una importante lección: ningún sentimiento es final. Como un abrazo hacia su personaje —y por consiguiente hacia ella misma—, Zauhar nos ofrece un respiro y nos recuerda que todo va a estar bien.


Actual People formó parte de la sección Cineastas del Presente de la edición 74 del Festival de Cine de Locarno y este texto fue publicado en Fotogogenia.

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